miércoles, 1 de mayo de 2013

Pensamientos suicidas.

¿Nunca pensaste en que sería de ti si murieras? Mientras la gélida agua de la ducha penetraba en mi piel me puse a pensar "¿Y que sería de mí si muriese mañana?". ¿A quién le importaría? ¿Quedaría algún recuerdo? ¿Luego de muchos años alguien encontraría las páginas de mi diario íntimo, relatos de anorexia y cortes, y lloraría?
Desde el día en que comencé a tener depresión, siempre, a cada momento, planeé mi muerte con lujo de detalles. Donde sería, con qué, que haría a modo de despedida. Las primeras veces me imaginé muriendo apretando un gatillo, pero no, sería demasiado fácil. Ahora me mentalizo ingiriendo copiosas cantidades de pastillas extrañas y potentes, ir durmiéndome poco a poco, sintiendo como la muerte viene hacia mí, victoriosa. Y esa muerte se parece a Ana, quizás porque, en el fondo y a fin de cuentas, son lo mismo.
Si algún día muriese, he pensado en dejar miles de cartas, explicando porqué morí, y desdé cuando comenzó todo. No quisiera irme y dejar dudas. Quisiera que cada uno llevara en su vida la culpa que le corresponde. Así...una muerte macabra y perfecta.
De la misma manera en que planeo suicidios a toda hora, me aterra el día en que tenga que cerrar los ojos para siempre. Debe sentirse extraño saber que es la última vez que ves a una persona, la última vez que contemplas un amanecer, la última vez que lees un libro, la última vez que respiras...
No es fácil vivir con los días contados, y mucho menos si uno sabe cuando va a morir exactamente. Así es la vida de un suicida (rescato de esta oración que "vida" y "suicida" no son palabras que correspondan muy bien juntas).
A veces camino por la calle, o por los pasillos de la escuela, de mi casa; veo a la gente a mi alrededor, a mis compañeros, a mi familia. ¿Que pensarían si mañana despiertan y los asaltan con la noticia de que me fui para siempre, para no volver jamás? Lo más probable es que algunos se pongan mal, otros lloren por obligación, y muchos ni se percaten de mi ausencia. Lo que es seguro es que todo el mundo seguirá con su vida, y nadie se va a morir por mí (que ironía que yo algún día vaya a morir por ciertas personas a las que amé demasiado).
Unas pastillas, una pistola, una navaja filosa...hay tantas formas tan simples de morir. Sin embargo, la tarea más difícil es vivir. ¿Será por eso que hay tantos suicidas?

-Masticando Aire

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