viernes, 3 de mayo de 2013

Ahogamiento inconsciente

Hoy desperté sobresaltada por el mismo recurrente e infernal sueño. Ya van como tres veces que sueño que me ahogo  veo como la superficie se aleja y me siento sin aire, consciente de que voy a morir. Y veo en la superficie un grupo de gente, que me mira quieta y serena, como si no estuviese muriendo. Como si no quisieran salvarme.
Quizás sea el cuento de mi vida. Yo me ahogo, la vida se me va de a poco y el resto se sienta a mirar sin actuar. Lo llamé "ahogamiento inconsciente", porque es eso lo que estoy haciendo con mi vida. Inconscientemente, me estoy ahogando en penas, adicciones, trastornos y torturas.
En el sueño no estaba desesperada, ni intentaba luchar por mi vida. Me entregué (como me estoy entregando ahora y todos los días) a la muerte. Dejé que la corriente me llevara hasta el fondo del mar, mientras saboreaba los últimos segundos de vida. La muerte no me asusta. Soy yo quién la buscó varias veces, y quién va a buscarla para finalmente unirse con ella. Es raro compartir la mesa con mi familia, observarlos, y pensar "¿Realmente saben quién soy yo?". La respuesta suena como un lejano grito en mi cabeza. No. Ellos no saben quién soy, y de qué soy capaz. Me tienen como una niña santa y buena que adora la vida, que le gusta salir con sus "amigas", a pesar de que la lastimen. Esta chica jamás se heriría a si misma, jamás podría llegar al límite de fumar, enfermarse a propósito o querer morir. Y menos intentarlo. Que poco saben de mí. Que fácil es esconder un millón de cicatrices con una sonrisa fingida.
Si existe el destino, el mío es entregarme a ese ahogamiento para ahogarme no solo a mi misma, que tanto me odio, sino a todas las penas que me afligen y no me dejan dormir ni respirar.
Quizás la próxima vez que me ahogue entre sueños, logren salvarme. Aunque solo salven mi cadáver, y yo me ría de las culpas que le tocan a cada uno.

-Masticando Aire

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