Además, una compañera de clase me dijo "Me encantaría ser como tú", y la llevé a un rincón de la clase, donde nadie nos veía y le dije "¿Enserio quieres ser como soy? Yo soy esto", y me corrí las mangas del suéter, dejando al descubierto todas mis heridas, aún ardientes y enrojecidas. Le dije que yo no era lo que parecía, que el papel de alumna brillante, hija educada y chica buena eran solo máscaras para esconder la alumna rebelde, la hija mentirosa y la chica destructiva que en realidad soy.Por suerte, estando en la escuela, me salvé de comer en todo el día. Es lo único bueno que tiene la escuela. La parte mala, obviamente, es mentir tanto. "Ya comí" "No tengo hambre, estoy llena, comí en la casa de mi amiga". Mentiras van, mentiras vienen...de a mentiras voy progresando. Pero bueno, mis padres se la pasaron toda mi infancia repitiéndome lo gorda que estaba. Bien, perfecto, ahora estoy adelgazando. ¿Están conformes?
La balanza que hay en mi casa está rota y estoy desesperada, no se cuanto peso. Por ahora voy a asegurarme de no comer (no porque no quiera, sino porque me duele hacerlo, no puedo), y espero ver un número que me guste cuando después de mucho tiempo, finalmente me pese.
Así que ahora así ando, mintiendo, con mangas largas todo el tiempo, evitando comer, y sólo concentrándome en mis ensayos filosóficos. Como siempre...
-Masticando Aire
No hay comentarios:
Publicar un comentario